ES A TRAVÉS DEL CUERPO QUE NUESTRAS SENSACIONES PERMITEN EL CONOCIMIENTO.P.B.

martes, 23 de septiembre de 2008

EL CONTEXTO DE LA MATERNIDAD


Respetamos mucho la maternidad y creemos fehacientemente que no hay que descontextualizarla, ya que ésta está predeterminada por el contexto social, económico y cultural en el cual acontece. Idealizar la maternidad en todas sus etapas (embarazo- parto- puerperio- crianza) nos deja por fuera de la realidad en la que esta se desarrolla. Se es madre dentro de una sociedad y una cultura determinada, por lo que no se puede conceptualizar esta función sin considerar la situación socio- económico y cultural de esta madre que esta naciendo conjuntamente con su hijo. También hay que considerar la historia, vivencias y valores que ésta ha heredado y con los que llega a este momento de su vida. En base a esto es que hace necesario desmitificar la maternidad como aquel momento color rosa, con moños y vestidos de felicidad. Esta etapa está multideterminada por una sucesión de factores que no es posible dejar de lado. Por lo tanto, cualquier postura idealista de la maternidad, pierde de vista todos los factores mencionados mas arriba, pero principalmente pierde de vista a la mujer que vendría a encarnar este ideal. La maternidad parece ser el destino cultural y socialmente establecido para toda mujer que se digne de tal. Qué le pasa, qué siente y qué considera la mujer, no está contemplado ya que pareciera ser el fin último de su existencia y solamente eso. Es imprescindible detenerse en esa mujer como tal, con su historia, sus antecedentes, sus valores, sus necesidades, sus frustraciones, sus deseos, sus miedos, sus ansiedades, sus presiones, etc ya que ésta es la mujer que, decidiéndolo o no, llega a un embarazo.
Es imposible dejar de considerar a la madre como mujer en primera instancia. La maternidad implica lo que cada mujer puede sentir y hacer con lo que siente. Cada embarazo es diferente, cada momento es diferente y, por supuesto, cada hijo es diferente.
Lic. Paula Bialoskurnik

domingo, 14 de septiembre de 2008

LA MEJOR POSTURA PARA PARIR

La mejor postura es la que elija la mujer. Cuando la mujer tiene libertad para moverse en el proceso de parto, se coloca en distintas posiciones durante la dilatación: pasea, balancea la pelvis, se mueve parte del tiempo y a ratos se tumba de diferentes formas. Tiende a apoyarse en su pareja, en el respaldo de una silla u otro lugar durante las contracciones, o bien en el suelo sobre las rodillas o a cuatro patas. Estas dos posturas son las que más eligen las mujeres en el momento del expulsivo, cuando sienten deseos de empujar para que salga el bebé. La persona que acompaña a la parturienta puede ayudarla sujetándola por detrás para que se apoye, a la vez que le da masajes en la espalda, la acaricia o la acompaña en silencio.

En cuclillas es mas facil para el bebé porque para salir al exterior, el niño hace un recorrido en forma de cilindro curvado hacia arriba, corto pero muy preciso, entre los huesos y músculos de la pelvis de la madre. Si la mujer se encuentra tumbada, el trayecto resulta más largo y contrario a la fuerza de la gravedad. Sin embargo, al ponerse en cuclillas o a cuatro patas, el camino se acorta y los huesos de la pelvis se abren un poco más, lo suficiente para que en algunos casos el niño pueda pasar y el parto no acabe en cesárea o haya que recurrir a metodos antinaturales

martes, 9 de septiembre de 2008

Metodos para concentrar la energia en el cuerpo

Visualizaciones
También hay que relajar la mente. A veces, más que el dolor físico, nos desespera la sensación de que el parto no avanza. Podemos disponer del poder de nuestra imaginación y de nuestra mente: crear y visualizar imágenes que nos relajan, nos consuelan, nos alegran o nos hacen avanzar en el parto.Imaginar a nuestro hijo bajando por el canal del parto, a nosotras paseando por la playa, escalando una montaña o como un río fluyendo hacia el océano son algunas posibilidades. Además, si practicamos las visualizaciones antes del parto, luego nos meteremos en ellas con mucha más facilidad.
Respiración

Aprender a respirar profundamente y a liberar el diafragma, es fundamental para que el cuerpo se relaje y el feto reciba el oxígeno que necesita. Hay varios tipos de respiración que podemos practicar, aunque es importante no obsesionarse. Cada vez se apuesta más porque cada mujer siga los dictados de su propio cuerpo. No obstante, algunos ejercicios respiratorios que nos pueden ayudar son:
· Abdominal, es más profunda, y ayuda a liberar el diafragma y a relajar el cuerpo.
· Acelerada o superficial, resulta muy útil para pasar el momento de más dolor durante las contracciones.
· La respiración de empuje, en la que se aprovecha el aire para empujar con más fuerza hacia abajo. Viene muy bien para el momento del expulsivo.

Gritar

La gente grita cuando tiene miedo o siente dolor, porque gritar es un mecanismo que libera tensión. Después de un grito, el organismo se siente mejor. Por eso, y olvidándonos de las convenciones sociales durante unas horas, es importante entender que, cuando nuestro cuerpo nos pide gritar, lo hagamos. Si no, retendremos ese estrés.

Aflojar los músculos

Con los ejercicios de tensión–relajación muscular aprendemos a darnos cuenta de cuándo estamos en tensión, qué músculos están implicados y, también, cómo podemos relajarlos. Esto permite no acumular dolor durante las contracciones, y descansar plenamente después de cada una de ellas.

Baños calientes
El agua caliente (un poco por encima de la temperatura del cuerpo) relaja con gran eficacia la musculatura abdominal.Además de reducir el dolor, si el parto está bien instaurado, puede acelerar la dilatación. Cada vez son más los hospitales que ofrecen salas de dilatación individuales con bañera.
· Lo ideal es meterse en el agua con un mínimo de cuatro centímetros de dilatación.
· Entrar con menos dilatación puede no ser de ayuda, ya que la relajación interfiere con una buena dinámica de parto. De este modo, si una mujer entra en la bañera dilatada de ocho centímetros, corre el «riesgo» de parir dentro del agua.

Masajes
Algunas mujeres evitan los estímulos externos, por lo que preferirán no ser tocadas. Sin embargo, a la mayoría les gusta recibir masajes en aquellas zonas que acumulan más tensión: las ingles, el cuello, la parte baja de la espalda, etc. Además, al masajear la piel se liberan endorfinas, unas hormonas que hacen más llevadero el dolor. El masaje puede ir desde dar y acariciar la mano, hasta friccionar la columna, el sacro, etc. También podemos utilizar técnicas más específicas, como la reflexología podal, que enseña qué puntos de los pies apoyan y fortalecen las contracciones y cuáles sirven para relajar. Los masajes han de darse entre las contracciones, pero durante ellas, si no se es profesional, es mejor no darlos.

Cambiar la postura
Buscar una postura que nos alivie cambia la percepción del dolor.
· Las posturas verticales (en cuclillas o de pie, con las rodillas ligeramente flexionadas), nos alinean con la fuerza de la gravedad y aumentan el diámetro total de la pelvis, por lo que son recomendables en las primeras fases del parto. Resultan más cómodas y suelen acelerar las contracciones.
· Las mujeres que sufren dolor de espalda, sin embargo, prefieren arrodillarse con las manos en el suelo (postura de cuadrúpedo), ya que sienten gran alivio al liberar del peso la columna y el sacro. En cambio, suelen sufrir bastante en la clásica posición tumbada.
· Si preferimos permanecer tumbadas, podemos probar a hacerlo del lado izquierdo (como cuando dormimos), para liberar la columna.
· Conviene buscar la postura en la que se siente menos dolor, e ir intercalándola con las posturas verticales, que favorecen la dinámica de parto.
· Hay mujeres que sienten alivio con el movimiento rítmico, ya sea de la pelvis, los dedos, o simplemente la respiración. Es una fuente de contraestimulación (nos distrae del dolor), y puede potenciar la producción de analgésicos naturales (endorfinas).

Pensamientos que ayudan
· No pensar en la siguiente contracción: el dolor de las contracciones, aunque sea fuerte, no es acumulativo y, como llega, se va. Aunque en un segundo «te estás muriendo», 20 segundos después es como si no hubiera pasado absolutamente nada. Por eso, pensar en la próxima contracción es contraproducente, porque dificulta la relajación y favorece el abatimiento.
· «Una menos». Cada contracción no es «una más», sino «una menos» para ver y conocer de cerca a nuestro bebé.
Música
La música, siempre que la elijamos nosotras, puede ayudarnos a pasar los dolores del parto, por varias razones:
Reduce los niveles de estrés, opera sobre nuestro humor y alimenta el optimismo. Puede «distraernos» del dolor, o todo lo contrario: puede ayudarnos a «entrar» en nuestro dolor, alejándonos de todo lo que ocurre fuera.
Introduce un ritmo, muy importante en el parto. Podemos utilizarlo para acompasar la respiración, o para ayudarnos en las visualizaciones.
Estar acompañada
El apoyo de la pareja, madre o hermana, nos ayuda a superar los momentos duros y da consuelo.Su misión es respetar nuestro silencio, darnos un masaje si estamos doloridas, distraernos si estamos preocupadas... y recordarnos, cada vez que torzamos el gesto, que todo va muy bien.Actitud abiertaEl dolor es distinto en cada mujer dependiendo de su sensibilidad y su capacidad para relajarse. También influyen el tamaño y la presentación del bebé. Hay partos sencillos, y partos complicados, al igual que partos cortos y largos. Sea como sea, y aunque hayamos decidido afrontar nuestro parto sin anestesia, debemos estar abiertas a la posibilidad de cambiar de opinión en el proceso. Es importante confiar en nuestras fuerzas, pero también no vivir como un fracaso tener que recurrir a la anestesia.

martes, 2 de septiembre de 2008

EL DOLOR COMO MOTOR

Se trata de elegir la consciencia, no el dolor; sentir lo que ocurre pero sabiendo que lo podemos superar. El dolor deja de serlo y se convierte en una sensación dolorosa que nos informa de muchas cosas: de que nuestro hijo ha bajado un poco más por el canal del parto o de que nuestros músculos le ayudan y están trabajando con él. Esto no significa que no debamos prepararnos. Al contrario: entrenar nuestro cuerpo y nuestra mente es indispensable para acercarnos seguras al momento del parto. El miedo genera una gran tensión muscular y emocional que, a su vez, produce más dolor. Por eso, los preparadores al parto hacen hincapié en la necesidad de romper el círculo miedo–tensión–dolor.

lunes, 1 de septiembre de 2008

LAS HORMONAS EN EL PARTO

Todos los mamíferos dan a luz gracias a una repentina emisión de hormonas. Una de ellas, concretamente la oxitocina, juega un papel trascendental, ya que es necesaria para la contracción del útero, lo que facilita el nacimiento del bebé y la expulsión de la placenta. También se la conoce por inducir amor maternal. Igualmente, todos los mamíferos pueden segregar una hormona de emergencia, la adrenalina, cuyo efecto es frenar la oxitocina. La adrenalina se segrega ante una situación de peligro. El hecho de que la oxitocina y la adrenalina sean antagonistas explica que la necesidad básica de todos los mamíferos a la hora de parir es sentirse seguros
"EL NACIMIENTO DE LOS MAMIFEROS HUMANOS" Dr. Michael Odent